junio 12, 2025
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La justicia invertida: Un lamento por la voz silenciada

En el umbral de una democracia que se precia de representativa, el eco de la justicia se ha desviado por senderos oscuros. El reciente fallo del Tribunal Contencioso Electoral, que suspende a la asambleísta nacional Priscilla Schettini, electa por el mandato soberano del pueblo el 9 de febrero de 2025, es más que una resolución judicial: es una afrenta al Estado de derecho y una bofetada al principio de equidad.

¿Cómo se explica que una mujer que alzó su voz contra la impunidad y el plagio, sea sancionada con el estigma de “violencia política de género”? ¿Acaso no fue ella quien, con valentía y documentos en mano, denunció el presunto plagio académico de la fiscal general, y en respuesta fue ridiculizada por medios de comunicación y figuras públicas, siendo incluso llamada “Priscilla Figuretini” en un acto de violencia simbólica cruel y descarada?

La figura de Schettini no es solo la de una legisladora, sino la de una ciudadana que se atreve a nombrar lo innombrable. Hoy, su destitución se erige como una paradoja jurídica: quien ha sido objeto de violencia es sancionada por ejercer su derecho a fiscalizar. Se invierte la carga de la prueba, se vulnera el debido proceso, y se calla la voz que incomoda.

¿Desde cuándo la denuncia se convirtió en crimen? ¿Desde cuándo la justicia se convirtió en un instrumento de persecución para quienes desafían el poder establecido?

El caso de Priscilla Schettini es un parteaguas: o defendemos el valor de la verdad en el foro público, o aceptamos la erosión progresiva de nuestras garantías constitucionales. Hoy no ha caído una legisladora, ha sido herida la república.

 

Por Javier Banguera

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