diciembre 7, 2024
ActualidadAndrea PalmaOpiniónPortada

Caso Triple A: una nueva crisis de creatividad judicial

Un post de X desde la Fiscalía General del Estado desata todo un encendido debate a nivel nacional. En Ecuador, en esencia, se informa de allanamientos que parecen más orientados a socavar la imagen del adversario político del régimen de turno, que a una rigurosa y científica investigación judicial. 

Surgen entonces algunas preguntas: ¿qué tan ético es brandear casos judiciales por parte de una institución que por norma constitucional tiene el rol de buscar elementos de cargo, pero también de descargo de cualquier imputado? Si el brandeo tiene una finalidad primordialmente marquetera, la duda que queda es: ¿qué tan imparcial será la vindicta pública?, ¿qué tan garantizado quedaría el onus probandi? 

Pensemos por un minuto que usted es acusado de asesinato. La fiscalía de su país decide usar su rostro como si se tratase de un afiche de Jeffrey Dahmer para Netflix y luego ese mismo ente descubre que el día del homicidio, usted se encontraba hospitalizado en otra ciudad luego de ser atropellado por un auto. ¿Usaría ese medio de descargo, la misma agencia que está brandeando su imagen para hacerlo ver -por anticipado- ante la opinión pública como autor del crimen?

En el caso bautizado por la Fiscalía como Triple A, se ha utilizado una llama roja idéntica al símbolo del movimiento Revolución Ciudadana, del alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, a quien investigan por presunto tráfico de combustible. Por si fuera poco, utilizaron los colores de la bandera de Guayaquil, a pesar de que nadie, ni siquiera el mismo alcalde, se ha opuesto a la realización de una investigación que concluya con la plena demostración de los elementos subjetivos y objetivos del tipo penal, que en el presente caso, han sido presentados de modo bastante confuso, pues Alvarez no podría ser imputado por lo que hagan terceros que han adquirido el uso temporal de la imagen de su franquicia. 

Sea como fuere, la Fiscalía le debe mucho al país, sigue actuando, lamentablemente, como un partido político más, sin rumbo, sin norte, sin sustentos científicos, mientras piden condenas de apenas semanas para los lavaperros del crimen organizado que quedan prácticamente impunes porque terminan diciendo lo que a esta nueva “agencia de marketing” le interesa escuchar. 

En el derecho comparado, no hemos visto a la dirección nacional antimafia italiana brandear ninguna noticia en casos como “Mani pulite”, tampoco a la fiscalía francesa en la “Conexión Marsella”. Más cerca todavía, no hemos visto a la agencia punitiva colombiana marquetear investigación alguna relativa a los “Ñeñevideos”. 

En estas grandes investigaciones, las fiscalías actuaron de manera técnica y objetiva. Más importante aún, no ventilaron al público ni a la prensa los detalles de ninguna operación porque la información se filtra y ¡vaya sorpresa!, los posibles responsables huyen antes de tiempo. Es decir, lo que debemos exigirle a la Fiscalía del Ecuador es que sean más serios, que vayan más allá del espectáculo teatral del allanamiento, que no manejen los casos judiciales como un circo porque para eso ya tenemos a los hermanos Fuentes Gasca.

¿Qué es lo que más le interesa a la Fiscalía en este caso?, ¿encontrar la verdad procesal o menoscabar la imagen de Aquiles Álvarez justo después de que este entrase en pugna abierta con el Presidente de la República Daniel Noboa? El famoso logo de las tres “A” con los colores de la bandera de Guayaquil, le hace presumir a muchísima gente que lo que realmente les importa es lo segundo.

 

Por Andrea Palma