10 claves para detectar red flags y no caer en el ´love bombing´ electoral
Cuando leías el título de esta entrada, seguro te preguntaste: ¿qué clase de brujería es eso del love bombing político y por qué tienes que estar pilas? Pues bueno, yo te pediré que, para ponernos en contexto, hagas memoria y pienses en aquel ser perfecto del que te enamoraste irracionalmente en tan solo un par de semanas. ¿Listo?
Sí, ese mismo humano que en cuatro citas te pintó paisajes con pajaritos y mariposas, un futuro próspero, estabilidad, te llenó de halagos, regalos, promesas y que, al cabo de un tiempo, el lugar en el que terminaste fue a un consultorio de psicoanalista donde tomaste dos años de terapia tratando de rearmarte.
¿Te acordaste? ¿Se te pusieron los pelos de punta? ¿Casi caes en un ataque de ansiedad? Listo, ahí mismo es a donde quería llevarte. Ahora piensa en que esa persona no postula para ser tu futuro ex, si no que busca desesperadamente ser el nuevo true love como presidente o legislador de 18 millones de compatriotas. ¿Se te puso la piel de gallina?, lo sé. Pero eso no es todo.
Aquí lo importante es que pienses en que la debacle que te dejó cuando te rompió el corazón, esta vez no te afectará solo a ti, si no a un país enterito. Es decir que ese crush no te va a complicar el futuro solo a ti, porque no está cuenteándote para ser tu pareja, sino que está usando todo tipo de recursos y herramientas para enamorarnos a todos, buscando ocupar la más alta dignidad de la República o una curul en la Asamblea Nacional. Es decir, ocupar un cargo público para trabajar por sacarnos del fango donde hoy nos retorcemos.
Te explico el porqué de tan fea comparación: Esas dos semanas de conocerse en las que perdiste el norte y te enamoraste sin remedio son el equivalente al tiempo de la campaña electoral. Esas cuatro citas en las que te prometió un futuro lleno de dicha son semejantes a sus estrategias y recursos de campaña. Y el debate del 9 de febrero de 2025 fue una muestra de cómo se portaría si se lo presentas a tus padres.
Ahora, para que no tengamos que pagar caro las consecuencias de ‘enamorarte’ del equivocado y contratar un psiquiatra grupal que nos haga terapia a todos los ecuatorianos, te propongo estas 10 pistas que te pueden servir para votar con conciencia y coherencia. Lo importante es que no te dejes llevar por cualquier idea peregrina, bailecito sexy o chantaje político emocional que se le ocurra al candidato que te flechó o que, por lo menos, trata de conquistarte. Recuerda, todos son lindos y maravillosos cuando están en campaña.
Papel y lápiz, ¡toma nota!:
- Si conoces mejor cómo baila, qué música le gusta, qué come, cómo monta a caballo, o los tatuajes que tienen en su cuerpito, pero en ninguno de sus Tiktoks te cuenta qué propone para dirigir o legislar este país, sencillo: NO VOTES POR ELLOS. Seguramente bailan, cantan y se tatúan porque no tienen una pálida idea de cómo convencerte con argumentos o, peor aún, porque sus argumentos para llegar al poder no pueden ser revelados porque develarían sus verdaderas intenciones.
- Si una de las prioridades de tu candidato es combatir la inseguridad y para eso habla de mano dura y permisividad a la Fuerza Pública para contraatacar la delincuencia con más violencia, piensa en todo lo que se conoce sobre el caso de los 4 niños de Las Malvinas o de los Hermanos Restrepo y otros desaparecidos y asesinados en similares circunstancias y no, NO VOTES POR ELLOS. Si no te hablan de trabajar por mejorar la seguridad con políticas sociales públicas, no les creas. Son más fantasiosos que los que escribieron el guion de La Casa de Papel.
- Si alguno de los candidatos que te están guiñando el ojo tiene un largo historial de denunciar por ‘quítame estas pajas’ a sus exparejas, excolaboradores, familiares, opositores y de más; o si, por el contrario, ha sido denunciado repetidamente por abusos de poder, corrupción, ilegalidades y excesos de todo tipo, NO VOTES POR ELLOS. Eso sí, pilas con las campañas de desprestigio y fake news que abundan en esta temporada, la campaña sucia también es una estrategia. Busca información, contrasta fuentes, analiza y saca tus propias conclusiones. Que nadie te de pensando.
- Si tu voto posiblemente apoye a un candidato que tiene por costumbre cambiarse de equipo a la mitad del partido, ten cuidado porque esa flexibilidad ideológica lo único que demuestra es que no quieren llegar por ti, quieren llegar porque estar ahí les da algo a cambio. Así que, si tu candidato ha tenido casi la misma cantidad de colores que el arcoíris, NO LE DES TU VOTO. No legitimes el camisetazo como una forma de hacer política, recuerda que esos cambios vienen con prebendas y compras de conciencia. No le hagas el camello al hombre del maletín.
- Si el candidato que piensas que puede hacer un buen papel en cualquier dignidad de elección popular, pero en sus intervenciones –o en su vida política- tiene rasgos de misoginia, racismo, homofobia o cualquier otro tipo de discriminación contra las personas, aquí si te voy a pedir que seas implacable: NO VOTES POR ELLOS. Nadie que, en pleno siglo XXI, desacredite y busque limitar derechos de las personas por sus libres determinaciones, puede gobernarnos. Son violentos, imagínate como serán cuando tengan más poder.
- Si tú crees que votar por un candidato que tiene billete y decir que eres de derecha, te da un estatus diferente, te cambia de clase o te hace ver más bacán, entonces tu eres uno más de los millones de ecuatorianos que necesitan un salario digno, empleo, salud y educación pública para poder vivir dignamente. Por lo tanto, NO LES DES TU VOTO. Bueno, si tienes miedo a que tus amigos te bloqueen del WhatsApp por no estar en esa línea, diles que sí estás, cruzando los dedos atrás de la espalda y cuando llegues a la urna, reflexiona y vota con conciencia.
- Si tus candidatos, como todas las elecciones, te hablan de salud, de educación, de ciencia, de tecnología, de innovación, de cupos en las universales, de construcción de escuelas y hospitales o de cualquier cosa que tenga que ver con políticas sociales y no te dice cuál es su plan, de dónde van a sacar los recursos, qué leyes tienen que reformar, y cómo piensan ejecutarlo, NO VOTES POR ELLOS. Están haciendo lo mismo que tu ex cuando te ofreció el viaje a Grecia, la casa en barrio aniñado, tres hijos y nunca te cumplió nada. Ya te pasó también con ciertos presidentes. No vuelvas a caer.
- Si te quedaste maravillado con esas ofertas de bonos económicos mágicos, subidas increíbles del salario básico unificado, condonación de deudas con la banca pública, subsidios nuevos, créditos con tasas de interés bajísimas, cartillas para entrega de víveres, condominios enteros de viviendas de interés social, piensa en que son cosas que ya te ofrecieron y no han cumplido ni cumplirán. Hacer campaña jugando con tus sentimientos y con tus necesidades es lo más fácil porque te hacen creer que en serio se la van a jugar por ti. Otra vez: NO LES DES TU VOTO.
- Si los candidatos que te gustan hablan de privatizar recursos naturales, servicios públicos o derechos humanos básicos como la salud y la educación, y crees que eso es de bacanes porque así se combate la corrupción, pues además de vivir en un grado bastante alto de ignorancia, estás escupiendo al cielo. NO VOTES POR ELLOS. Cuando tienes una emergencia, por más que pagues un seguro privado, no hay plata que alcance y llorarás lagrimas de sangre por conseguir un cupo en un hospital público. Porque, por ejemplo, el caso de los abusos a las comunidades y al medio ambiente que hizo Chevron es inconmensurable gracias a la falta de vigilancia del Estado.
- Por último, pero no menos importante, si tu candidato ya tuvo la oportunidad de meterle turbo a su plan de gobierno y sacar del fondo obscuro y cruel a este país y no la aprovechó, NO LE VUELVAS A DAR TU VOTO. Piensa, hurga en la memoria, respira y se consiente que esto es como darle un segundo, tercero o quinto chance a tu ex que te engañó, te robó un billete, te puso una denuncia falsa o que te agredió de cualquier forma. Eso es darle la oportunidad de que te lo vuelva a hacer.
Espero que estas pistas te sirvan para evitar cargos de conciencia futuros, el chuchaqui electoral sabe ser durísimo cuando te das cuenta que tú eres parte de los responsables indirectos del caos en el que vives.
Las red flags de tu ex son un juego de niños alado de lo que puede pasarte a ti, a tu familia y al país entero si te dejas embaucar. Este país necesita, quizás más que nunca, que nuestro voto sea coherente con el futuro que esperamos, con la realidad que tenemos y con las esperanzas que nos quedan de no ser un país fallido.
Camila Witt
Periodista y comunicadora política