«Mamá, resiste»: el grito de todo un país ante la inseguridad
Su vocecita aguda, agónica y suplicante se reprodujo millones de veces. “Mamá, resiste. Mamá, te necesito. Mamá, sin ti no puedo hacer nada”. El niño protagonista del video -quizá el más triste que se ha difundido en este año en Ecuador- estaba herido de bala. Sin embargo, su propio dolor parecía ser inexistente frente a la imagen de su mamá ensangrentada en el piso. Ambos recibieron tiros en la balacera que ocurrió en una sala de velaciones en Manta, Manabí, el 18 de mayo y que dejó como resultado a cuatro personas fallecidas y 16 heridos.
En 2022, Ecuador ya vivió el peor año de su historia en materia de seguridad. Ese año, hubo 4.603 homicidios. Eso significó un promedio diario de 10,4 casos y una tasa de 25 crímenes, por cada 100.000 habitantes. Las cifras de criminalidad son alarmantes en un Ecuador en el que es más fácil que ocurran masacres a sacar un pasaporte.
Este es el país de las masacres. En menos de dos meses, ya hemos tenido más masacres que los dedos de una sola mano. Miramos con horror a la matanza que se dio en el Puerto pesquero artesanal de Esmeraldas, con el saldo de nueve muertos, en los primeros días de abril. Luego, tres pescadores fueron asesinados en Posorja a mediados de ese mismo mes. Para finalizar abril, otra matanza ocurrió en un taller mecánico en el suburbio de Guayaquil con 10 fallecidos.
En la ciudad de Quevedo, cinco jóvenes de entre 20 y 28 años fueron hallados decapitados y desmembrados en sacos de yute. Y, justo en el Día de la Madre, el 14 de mayo, otros siete fueron asesinados en la misma ciudad de Los Ríos. Casi 40 asesinatos en seis eventos. Esto, sin contar los crímenes que ya ocurren a diario y que se han vuelto parte del paisaje de los ecuatorianos.
Mientras en la boca del mundo el Ecuador suena junto a la frase figurativa de ‘muerte cruzada’, la real muerte es parte del día a día puertas a dentro. Estamos frente a seis meses sin Asamblea Nacional y de cara a volver a elegir a quienes tendrán en sus manos el rumbo de nuestro país. Todo esto, mientras nos siguen matando en las calles, mientras los niños siguen llorando a sus madres y padres muertos.
El «mamá, resiste» del niño de la balacera en Manta representa a lo que todos le gritamos al Ecuador: que resista. Este país tan hermoso y tan golpeado. Ojalá todos los cambios nos lleven hacia esa paz por la que estamos implorando desde hace tanto tiempo.
Por Gelitza Robles – @gelitzarobles